Qué puedo decir - ¡ella hizo un gran trabajo! En nuestro grupo había un par de señoras que pensaban que era mucho más fácil pagar en especie al profesor que estar toda la noche empollando fórmulas y fechas incomprensibles. Pero aquí, como se dice, ¡es cuestión de lo que se aprende!
Eh, cómo les gusta a estas chicas lujuriosas la gruesa polla del negro. Con tanta pasión la trabajaba con sus labios, que me daban ganas. No entiendo cómo le entraba en la boca, la garganta sin fondo. Como siempre en estos casos, le pidió que se corriera en su lengua. Tragó con placer, sin dejar rastro.
Las manos de la masajista son como bailarinas, probablemente una aprendiz. Sin embargo, hizo un buen trabajo.